"Vamos a beber mi gente". "Vamos a janguear para beber un rato". Recuerdo aquellas palabras que penetraban mis oídos y hacían que mi mente se turbara de manera inusual. No estoy acostumbrado a salir por un propósito como el de beber aunque siendo sincero con nuestro tren de vida y las presiones de amigos y compañeros tengo que aceptar que en alguna ocasión en caído en esa dinámica. No estoy en contra del beber en moderación, ni en el salir a divertirse sin embargo estoy completamente y totalmente en contra de la practica del salir con el propósito principal del beber.
Cuando hay un cumpleaños salimos con el propósito de celebrar un año que cumplió un amigo o familiar. En una fiesta de noche buena se celebra la llegada del niño Jesús o de Papá Noel para otros. El día 31 de diciembre salimos para celebrar el fin de un año y el comienzo de otro. En todos esos ejemplos normalmente se puede tomar bebidas alcohólicas aunque el propósito principal no es el de beber.
Mi critica es algo sencillo pero real y un problema que esta en aumento en nuestra sociedad. El alcoholismo esta atacando a nuestras familias desde la niñez, desde la adolescencia y el alarmante ya que en fiestas como "las justas" o las famosas fiestas de "la calle" vemos muchos menores de edad entrando en el mundo del alcohol e intoxicándose de manera exagerada. Tenemos que empezar a proteger a nuestros hígados, nuestro cerebro y nuestro cuerpo en general. No solo por nuestros cuerpos porque sino criticaría los "fast food", refrescos y comida chatarra sin embargo con esos alimentos no llegas a la situación en que no puedes guiar y puedes cometer un homicidio involuntario por el exceso de alcohol en la sangre. Sino puedes controlarte cuando comienzas a beber sencillamente no comiences.
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