domingo, 7 de febrero de 2021

Adaptables ante la pandemia

    El mundo ha cambiado desde la última vez que toque el desahogo diario. Hace un año solía visitar a mi madre y comer en su casa, llevarla al centro comercial y disfrutar de un paseo con ella. Hace un año podía ir a jugar baloncesto con los muchachos del trabajo y jugar con cualquiera que estuviese en la cancha. Hace un año podía disfrutar de un restaurante repleto de comensales sin la necesidad de hacer una fila exagerada esperando por espacio. Hace un año podía disfrutar de ver sonrisas de amigos y extraños en diferentes lugares. Hoy solo vivo en un sistema que todos los que están a mi alrededor viven diciéndome que me ponga la mascarilla y que no salga de casa si no es necesario. Ahora mi madre no desea salir por tanta propaganda en los medios y la cancha es mi televisor viendo los medios alertando sobre una pandemia mundial. Antes podía disfrutar de ver sonrisas y ahora solo me queda ver los ojos achicándose para imaginar como es esa sonrisa. Ahora no hay besos, ni abrazos y todos están constantemente usando alcohol y antibacterial en sus manos.


    No me cabe duda que nuestros viejos nunca se imaginaron que tal situación. Que el cine y el teatro, que iglesias y gimnasios estuviesen cerrados por un virus altamente contagioso en un mundo tan avanzado en tecnología. No se si volver a la normalidad sea un sueño o realmente sea posible en algún momento de nuestras vidas. Ahora escucho noticias de mutaciones y variaciones del virus, de lo importante de vacunarse todos los años contra este maldito virus que me asusta. Quiero volver a la normalidad, pero a la vez me veo en una piscina infinita en la que el final de está no se puede observar. Es como si todo lo que paso cambio nuestros hábitos e instintos en su totalidad. Veo como si desde pequeño usáramos mascarilla y ya ni nos molesta. Recuerdo al principio lo incomodo que era todo este dilema, pero ya es como el pañuelo para nuestros viejos o el “Smart Watch” para esta generación, parte de su atuendo.


    Analizando todo esto me doy cuenta lo fácil que nos adaptamos a las situaciones. Somos seres sumamente adaptables en todos sus aspectos. El mundo nos hizo cambiar de hábitos en menos de un año sin ningún tipo de preparación o aviso y “BOOM” todo cambio. Muchos se quedaron sin trabajo mientras otros se hicieron de mucho dinero. Unas industrias quebraron mientras otras se hicieron de muchos millones. La visión del mundo actual solo puede ser interpretada de manera individual ya que con tantas noticias exageradas o favor o en contra solo encuentras en grupos pensamientos divididos sobre como hemos manejado la pandemia a nivel de sociedad. Si hubiese sido presidente de los Estados Unidos o de algún otro país te aseguro que hubiese hecho cosas muy diferente, pero eso no viene al caso. El desahogo es solo una reflexión de como si te lo propones puedes cambiar tus hábitos de la noche a la mañana. El gobierno lo obligo y tu lo hiciste. Si tu te obligas, claro que lo harás. Desahógate, háblalo, coméntalo y seamos parte de la historia.
 


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